Wait For Me, Daddy ( Espérame, papá) de Claud Detloff ( 1940). Una de las fotografías más famosas de la Segunda Guerra Mundial. Un hijo o una hija es el descendente directo de un animal o de una persona. Los hijos pueden ser biológicos o fruto de la adopción. Si hay más de un hijo en la misma familia, se denominan hermanos entre ellos. [ 1] En algunas poblaciones, es la máxima distinción honorífica que se puede otorgar a sus conciudadanos. Dependiendo de si se otorga a una persona natural o no de la localidad, el título se denomina « hijo predilecto » o « hijo adoptivo ». Normalmente, a ambos se les confiere el mismo rango. [ 2] [ editar] En muchas sociedades preindustriales y en algunos países actualmente con una economía basada en la agricultura, se asignaba —y todavía hoy en día— un valor más alto a los hijos más que a las hijas, teniendo estos un estatus social mayor. [ 3] En las sociedades que practican la primogenitura, los hijos acostumbran a heredar antes que las hijas. [ 3] Usos particulares del término «Hijo» [ editar] También se usa el término «hijo» en otros contextos.
Mi inspiración y fuente de energía Desde el punto de vista biológico, las mujeres encuentran en su descendencia, un motivo para fortalecer todos sus aspectos y con ello, asegurar la supervivencia y el bienestar de sus hijos. Ni más ni menos. Por supuesto, esto no lo es todo, ya que el ser humano se rige también por el componente psico emocional. Para cualquier madre su hijo es »el motor» que necesita a diario para vencer las adversidades. Afortunadamente, ser fuertes y tener la gran responsabilidad de cuidar de la vida de otro ser humano, trae consigo grandes alegrías que nos brindan nuevas (o renuevan) esperanzas. He aquí el punto donde una madre encuentra su gran inspiración para vivir. La inspiración es uno de los más grandes alimentos del alma. Una mujer que consigue amar infinitamente, no solo porque su vientre haya florecido para dar vida, sino porque también su corazón alberga un amor de una dimensión distinta, un amor que no pone condiciones. Gracias al amor y a la inspiración que nos proporciona la maternidad, todos los esfuerzos cobran un sentido mucho más grato, y que hacen nuestra vida más amena.
Seguramente en alguna ocasión habrás escuchado a alguna mamá decir frases como: »mi hijo es mi motor», »por mi hijo me levanto cada mañana, así no tenga ganas», »mi vida tiene sentido gracias a mi hijo», entre otras. El mensaje que subyace en estas expresiones maternales, es esencialmente, la inspiración que brinda el hecho de tener un hijo. Ciertamente, las madres encuentran en sus hijos un motivo, un impulso, una inspiración, un aliento de vida. Y es que muchas veces, gracias a la mera presencia de nuestros hijos, nos logramos sentir llenas de una clase vitalidad única. La inspiración es un impulso que no solo da vigor, entusiasmo y energía, sino que también motiva a avanzar siempre hacia adelante y procurar perseguir nuestra mejor versión. En la maternidad, una mujer encuentra la oportunidad de experimentar una clase de amor muy particular sumamente tierno, dulce e inteligente, aunque a la vez fuerte y enraizado Este amor, a diferencia de otros, no languidece con el paso del tiempo.
Crecerá sin tanta presión sobre ella, sin tanta atención sobre lo que hace, lo que come, si trepa por un lado o por otro. Y esto será así fundamentalmente porque después de muchas primeras veces con su hermano mayor, hemos aprendido a relativizar. ¿SE LE QUIERE MÁS AL PRIMERO? No. Rotundamente no. Pero se le quiere diferente. Inevitablemente, es el que más tiempo ha pasado con nosotros y es el que ha puesto nuestra vida del revés. Es el que nos ha enseñado a ser mejores personas. El que nos ha llevado al límite. El que nos está enseñando esta misión en la vida tan bonita que es ser padre. El que nos une. El que me ha traído hasta aquí. @Elisa_mamasuperplus