El hechicero le preparó una pócima insólita y fantástica y le dio dos frascos. Uno con un brebaje para Transformarlo en caimán y el otro con aguachirle para mutarlo otra vez hombre. Luego el conquistador regresó a la ribera del rio Magdalena, le explicó y pidió a un compañero que le echara sobre su cuerpo la pócima para metamorfosearlo en caimán, su amigo así lo hizo. EL Caimán se sumergió en el río Magdalena y comenzó a acechar muy cerca a las pintas sin que ellas sospecharan nada, así se extasió con la desnudes perfecta de las diosas y alucinó pensando en amores y placeres. Después que las musas se marcharon a sus casas, el caimán salió a la orilla y el cómplice al irle a echar el elíxir para convertirlo en hombre tropezó y regó tan solo una gota en la cabeza del caimán, que volvió a ser parcialmente hombre, pues infortunadamente su cuerpo quedo igual al de un caimán. Llegó así la tragedia, el alcahuete fue desesperado a buscar al ensalmador para que le preparara más brebaje para su amigo volver a ser hombre, infortunadamente el nigromante había muerto y se llevó la formula mágica a su tumba y al averno.
Entonces, el hombre caimán castigado por Dios, desde ese día vive triste, melancólico, desesperado, arrepentido, soportando su desgracia. Y zambulléndose en las aguas del río para ocultar su vergüenza, fatalidad y desamor. El único consuelo que le queda al hombre caimán es haber inspirado mitos, leyendas, festivales y canciones.
Hace mucho un Hombre que gustaba espiar a Mujeres que se bañaban desnudas en el río. Deseando espiarlas más cerca, fue donde un Brujo pidiéndole que lo ayude a convertirse en Caimán y así poder nadar discretamente y que no lo puedan ver. El Brujo accedió, y en breve, tuvo dos brebajes el cual le dijo: Una bebida roja es para que te conviertas en Caimán. La otra será para que puedas regresar a ser Humano. Tras esto, el Hombre fue en busca de su Amigo y luego, hacia aquel río donde siempre se reunían las mujeres. Cuando llegaron, el Hombre bebió la primera bebida y se convirtió en Caimán. El Amigo de este asustado por el cambio, soltó accidentalmente el otro brebaje sobre la cabeza de su amigo y convirtió en mitad hombre y mitad caimán. Las mujeres al oír el ruido, se acercaron a estos y cuando vieron al Hombre Caimán, huyeron aterrorizadas. Tiempo después, la gente comenta que el Hombre Caimán aún vive por los ríos asustando a Mujeres hermosas o Lavanderas. Otros dicen que aquel río donde fue descubierto, ya nadie más se acerca y él sólo era visitado por su Madre quien le llevaba la comida.
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