¡Agradéceselo y hazle caso! 10. - Valora cada logro contigo mismo y con los tuyos, porque todo forma parte de tu objetivo final. A veces se menosprecian los pequeños logros y no se es consciente de que gracias a todos ellos se consigue el final. Esto te ayudará a reafirmarte en tu propósito y a sentir seguridad y confianza en ti mismo y a sentir que vas por el buen camino. Es fundamental para seguir. 11. - Siempre hay momentos de bajón, pensamientos de "no sé si saldrá", "¿tanto esfuerzo valdrá la pena? ", etc. Que tu lectura no sea "esto es imposible" o "yo no valgo" y sientas frustración. Hay que aprender a quitar valor a los pensamientos; pensar no es igual a realidad. Automotívate y prepara tu monólogo interior, ese que te dirás cuando las cosas no funcionen. Él es tu ángel, tu salvador en los momentos grises. 12. - Si tienes que pedir ayuda o consejo, hazlo. No eres menos por ello. Siempre hay personas generosas que aportarán algo a tu camino, personas que ponen su experiencia al servicio de los demás sin temor.
Olvídate de los talentos especiales: la habilidad para manejar la frustración es fundamental para alcanzar el éxito. Grow Your Business, Not Your Inbox Stay informed and join our daily newsletter now! Todos nos sentimos frustrados de vez en vez: se nos forma un nudo en la garganta y nos invade una sensación de impotencia, como si quisiéramos salir corriendo, pero un gran muro nos lo impidiera. ¿Cierto? Puede que cargues con esta frustración desde casa, o que alguna situación en la oficina –tal vez una discusión con tu jefe, tus subordinados o algún compañero de trabajo– la haya desencadenado. Sea cual sea su origen, arrastrar este sentimiento y dejar que se acumule nunca es una buena idea. Daniel Goleman, creador del concepto de inteligencia emocional, considera que la habilidad para manejar la frustración es una de las más importantes para alcanzar el éxito. ¡Es mucho más importante que tener un sinfín de talentos especiales! Antes de renunciar sin pensar en las consecuencias o de inundar tu oficina con gritos, toma nota de estos consejos.
Escrito por la experta en cuidado de niños y escritora Penelope Leach La frustración: una señal de crecimiento Tu hijo está desarrollando rápidamente el sentido de ser una persona independiente con derechos personales, preferencias y estrategias. Ya no se ve a sí mismo como parte de ti, de manera que ya no acepta con tanta facilidad el control sobre toda su vida: quiere reafirmarse y es adecuado que lo haga. Su "testarudez" es un signo de que está creciendo y de que se siente lo suficientemente seguro como para intentar manejar las cosas por sí mismo. Pero a esta edad, es difícil manejar la vida. Un niño pequeño no entiende las cosas muy bien todavía; a menudo quiere hacer cosas que los adultos no pueden permitir, y además es muy chiquito y físicamente incompetente. Sus esfuerzos de independencia inevitablemente le llevan a la frustración. Aunque algo de frustración es inevitable, demasiada puede dañar la autoestima del niño y hacer que pierda tiempo y energía que estarían mejor invertidos en aprender.
¿Tienes prisa por llegar a casa? Mete a tu hijo en la carriola o cochecito con impaciencia, a pesar de que él desea caminar, y seguramente tendrá una rabieta. Sin embargo, si actúas como si tuvieras todo el tiempo del mundo y pretendes ser un caballito que lo lleva tirando de un carro, llegarás a casa en seguida, como querías. Frustración causada por otros niños Los niños pequeños, incluso los bebés, a menudo están muy interesados en otros niños de su propia edad. Si tienen la oportunidad, muchos harán verdaderas y duraderas amistades. Pero incluso los mejores amiguitos a esa edad a menudo se frustran mutuamente o hieren los sentimientos el uno del otro, porque los niños todavía no saben ponerse en el lugar del otro para entender sus emociones. Si los dos quieren el mismo juguete, es posible que el que sea más dominante lo consiga, el otro llorará y los adultos se sentirán vagamente molestos con los dos. Si uno quiere dar un abrazo y el otro no quiere ser abrazado, ambos pueden sentirse heridos.
Es importante que desde pequeños entiendan que no siempre se consigue lo que se quiere, ni ganamos en todo. Esto lo ayudará a enfrentarse en un futuro a situaciones adversas, pues no todo serán éxitos, también habrá fracasos. Los adultos somos capaces de controlar nuestra reacción, pero a los niños les cuesta más, por eso nuestra labor como padres es enseñarles a conseguirlo. A continuación vamos a analizar una serie de técnicas para enseñar al niño a manejar la frustración. Técnicas para ayudar al niño a manejar la frustración Evitar la sobreprotección y el exceso de permisividad La sobreprotección impide a los niños afrontar el fracaso. Evitamos que se produzca dándoselo todo hecho, ayudándoles en todo, evitándoles cualquier problema, etc. La permisividad incapacita a los chicos a hacer frente a los problemas, ya que siempre consiguen lo que quieren. Dar ejemplo La actitud positiva con la que los padres afrontamos un fracaso o una situación difícil, le servirá de ejemplo para que ellos aprendan a solucionar sus problemas.
Pero mucha frustración causa el efecto contrario. Si se enfrenta a menudo con tareas imposibles, y por lo tanto se encuentra a menudo con un fracaso total, abandonará. Prepárate para intervenir y ayudarle cuando (y sólo cuando) veas que tu hijo se está frustrando más y más y por lo tanto es cada vez menos eficaz. Incluso en ese momento, intenta ver cuál es el problema y ofrécele la mínima ayuda para permitirle tener éxito; si lo haces todo por él no le ayudarás. Frustración causada por su propio cuerpo y su tamaño Cuando un niño pequeño entiende para qué sirven los objetos, comprende cómo hacer que funcionen, pero no puede manejarlos porque no es lo suficientemente grande o fuerte, necesita ayuda. En este tipo de situaciones no hay aprendizaje, sólo frustración y abandono. Los niños no necesitan cuartos llenos de juguetes caros, ni para su placer ni para su desarrollo. Pero necesitan que cualquier equipo que tengan sea físicamente apropiado para ellos. Puede que a tu hijo le encante empujar la carriola de muñecas de su hermana, pero quizás es demasiado chiquito para llegar al asa.
Aprender a manejar la frustración es una de las claves más seguras para alcanzar el éxito ¿Qué ocurre con aquellas personas que viven la mayor parte del tiempo frustradas? Es lamentable, pero la vida es muy corta para vivirla de esa manera. Es cierto que la mayoría de las personas solemos sentir frustración en un momento determinado, bien sea por algo que no hayamos podido hacer o que no haya resultado como esperábamos. Sin embargo, aprender a manejar la frustración es una de las claves más seguras para alcanzar el éxito. Es posible que el origen de la frustración se encuentre en casa, en el empleo, o tal vez el motivo haya sido una discusión acalorada con algún amigo. No obstante, sin importar de dónde provenga este sentimiento, retenerlo por mucho tiempo termina siendo perjudicial. Es necesario entonces cultivar un estilo de vida que nos permita vivir libres de frustraciones y de cualquier emoción que nos reste energía para hacer las cosas que son verdaderamente importantes para nosotros y nuestro crecimiento personal.
Disfruta cada segundo de tu vida, y aprende la lección que te toca de aquellas experiencias que no han salido como pensabas. Recuerda que siempre habrá otra oportunidad de hacerlo mejor. ¿Te gustó esta nota? Califícala ( 8 votes, average: 4. 63 out of 5) Loading...
Si conoces tus limitantes y potencialidades, los tropiezos serán mucho menos duros. No tomes nada personal En un arranque de ira, tu jefe te dijo a gritos que habías cometido un error "inadmisible". O tal vez uno de tus subordinados estaba tan distraído que dejó pasar un aspecto clave para el crecimiento de tu negocio. ¿Tu jefe te odia? ¿Tu empleado quiere hacerte la vida imposible? Ya sea que alguien estalle contra ti o desencadene tu ira, es importante que tengas presente que, en los confines de una oficina, NADA es personal. Así que no lo tomes como tal. Ajusta tu estrategia Las personas destinadas a fracasar toman cada tropiezo como una señal de que no deben seguir adelante. Las que tienen inteligencia emocional consideran que toda caída es una oportunidad de ver qué salió mal y reajustar su estrategia. Son prácticas: conservan lo que les sirve, desechan lo que no, y consiguen así tener una estrategia de crecimiento cada vez más efectiva. Para saber más: Cómo potenciar la inteligencia emocional de tu equipo Medita No, meditar no es sólo para monjes budistas ni para los hippies que pretenden alcanzar el nirvana.
Si supieras que las personas más exitosas en el manejo de sus emociones (y de sus negocios) tienen el hábito de meditar diariamente, te sorprenderías… ¿Por ejemplo? Oprah Winfrey o Madonna. Meditar no sólo te permite serenarte, sino también ingresar a un estado de autoconciencia que te ayuda a tener un mejor control de tus emociones.